Nautzili

Ante el acoso que sufrían por parte de los comanches y kiowas, la pequeña banda apache lipán de Nautzili que vivía en el norte deTexas, buscó refugio entre los apaches mescaleros que vivían en las laderas de la Sierra Blanca (Lincoln & Otero Counties, New Mexico). Otras informaciones indican que esos lipanes vivían en el norte de México. En el libro «Indeh, an Apache Odyssey», de Eve Ball, Nora Henn, y Lynda A. Sánchez, aparece que Nautzili se unió a los mescaleros en 1876, pero tuvo que ser antes, ya que estaba en las listas de racionamiento del agente de la reserva, Andrew Jackson Curtis, a principios de 1873. Hubo matrimonios entre los dos grupos, y Nautzili pronto se ganó su respeto, convirtiéndose en uno de los jefes. Por eso se le considera mescalero.

En una incursión a México, un hijo de Nautzili, cuyo nombre apache no se recuerda, vio a un rico hacendado montado en un soberbio animal. La plata incrustada en la silla, la brida y el bocado brillaban con tal intensidad que llamaron la atención del joven guerrero. El sombrero del mexicano, adornado con cuatro libras de plata, también brillaba a la luz del sol. El hijo de Nautzili atacó y mató al mexicano, regresando a su ranchería con todo su botín. Aunque era de poca utilidad para un guerrero apache, llevaba el sombrero grande y brillante. A partir de ese día, el hijo de Nautzili fue llamado Sombrero.

Cuando el hijo de Sombrero nació, fue llamado Solon Sombrero. Antes de que Solon tuviera la edad suficiente para ir a la escuela, su padre resultó gravemente herido cuando el caballo que montaba tropezó y cayó con él, muriendo poco después.

En el libro “Indeh, an Apache Odyssey”, aparece:Cuando los apaches fueron detenidos en Mescalero tras el levantamiento de Victorio, Nautzili, al igual que los jefes Roman Chiquito y Magoosh de los lipanes, temieron que ellos también fueran obligados a ir a la Reserva de San Carlos. Todos estaban decididos a resistir cualquier intento de llevarlos allí. Nautzili y Santana ayudaron a la caballería a reunir a los otros apaches y llevarlos al cuartel general de la agencia en Mescalero, donde los mantuvieron en un corral en la suciedad y los obligaron a vivir de las mazorcas de maíz que les arrojaban.

Antes de que Solon tuviera la edad suficiente para completar los seis años de escolaridad disponibles en Mescalero, murió su abuelo, Nautzili. El viejo jefe había sido detenido por tropas e interrogado – nadie supo por qué – y llevado al edificio de adobe de la Agencia, que funcionaba como cárcel. En una ventisca logró sacar unas barras de hierro de las paredes de adobe y escapar. Se pensaba que la cárcel estaba construida de tal manera que era imposible escapar, pero Nautzili era un hombre muy fuerte, incluso cuando era viejo. Sabía que la nieve que caía y soplaba, rápidamente ocultaría su rastro, como así fue. Tres semanas después, los cazadores encontraron su cuerpo congelado cerca de un manantial en la reserva. El anciano jefe había muerto a consecuencia de una injusta sospecha y del deseo de algún rapado recién llegado de West Point de demostrar su autoridad.

Pero la muerte en ese momento de Nautzili parece que es un error.

Debido a las inclemencias del tiempo, el coronel Edward Hatch, comandante del Departamento de New Mexico, no pudo desarmar a los mescaleros hasta la tarde del 16 de abril de 1880, quienes se alarmaron ante el enorme despliegue militar. Algunos fueron a la Agencia, pero otros fueron a zonas más alejadas de la reserva. Ese mismo día, los exploradores apaches del teniente Gatewood mataron a dos mescaleros que acarreaban ganado. Uno de los muertos era el padre de Nautzili. Según el agente de la Agencia, Samuel A. Russell, los había enviado a buscar ganado que se había extraviado de la Agencia. De inmediato Russell se dirigió al campamento donde estaban reunidos la mayoría de los mescaleros y trató de tranquilizarlos, pero además, corrió la noticia de que Victorio había enviado emisarios para decirles a los mescaleros que iban a ser enviados a San Carlos.

El desarme de los mescaleros fue llevado a cabo por la compañía del capitán Charles Steelhammer, comandante de Fort Stanton (Lincoln County, New Mexico), del 15º de Infantería, con apoyo de varios destacamentos del 10º de Caballería en las cercanías. Si Steelhammer necesitaba ayuda, la señal sería tres disparos al aire. A medida que los soldados se dispersaron por el campamento, los mescaleros se asustaron y comenzaron a correr por las laderas. Ante esto, Steelhammer mandó hacer los tres tiros para que viniera la caballería, que rodeó el campamento por el otro lado, por el río Tularosa, pero no pudieron evitar que entre 30 y 50 mescaleros escaparan hacia las montañas. Los soldados formaron una línea para devolver el fuego de los guerreros que protegían la marcha de mujeres y niños. Una mujer resultó herida, muriendo poco después.

Durante los días siguientes, los soldados y los exploradores apaches persiguieron a los fugitivos, produciéndose enfrentamientos en los que murieron 14 mescaleros, según informó el coronel Hatch a sus superiores en un telegrama fechado el 19 de abril.

Unos 250 mescaleros, hombres, mujeres y niños, fueron encerrados en el corral de la Agencia en pésimas condiciones. Se requisaron unos 400 caballos y se llevaron a Fort Stanton. La mayoría habían sido robados en Texas, por lo que Hatch autorizó que cuando el 10º de Caballería regresara a su base (Fort Davis, Jeff Davis County, Texas) se los llevaran para devolverlos a sus dueños. Las mulas no reclamadas pasaron a servir en el ejército y los caballos no reclamados fueron entregados a los exploradores apaches. El número de armas de fuego capturadas fue de 20 a 30 fusiles y revólveres. El agente Russell sospechó que algunos soldados saquearon el campamento mescalero mientras buscaban armas escondidas, protestando a su vez por el traslado de sus caballos a Fort Stanton. Russell también protestó por las condiciones de detención de los mescaleros, según lo informado por N. J. Carter, médico de la Agencia:Tengo el honor de entregar el siguiente Informe Especial Sanitario de los indios apaches mescaleros, ahora mantenidos como prisioneros de guerra en este lugar. Hace unos cinco días estos cautivos, en un número de más de 240 hombres, mujeres y niños, fueron amontonados juntos, en un corral de unos 1.000 m² de terreno cubierto por, entre dos a cinco pulgadas de profundidad de estiércol putrefacto y otros desechos, la descomposición del cual, bajo el cálido sol de los días anteriores, está produciendo una atmósfera muy perjudicial para la salud, junto a los excrementos de los cuerpos apiñados junto a muchos niños pequeños, como demuestra por la inusual lista de enfermos durante los días anteriores, un caso que puede resultar rápidamente fatal.

En vista de los hechos precedentes, así como el temor a un aumento de la enfermedad y mortalidad, yo, respetuosamente, presento la conveniencia de trasladar a la vez a los cautivos a un lugar más saludable, dándoles más espacio, y donde puedan aplicarse mejores medidas sanitarias”.

El coronel Grierson, comandante del 10º de Caballería, recomendó que los mescaleros fuesen trasladados a un lugar más adecuado. No fue así, aunque las condiciones de detención fueron mejoradas gradualmente hasta que casi siete meses después fueron liberados totalmente.

El papel de Nautzili había sido intentar convencer a los jóvenes de que permaneciesen en la reserva y no se uniesen a Victorio. Unos 50 guerreros huyeron, liderados por Caballero, uniéndose más tarde algunos de ellos al jefe chihenne (35, según el agente Russell). En cuanto a la Reserva Mescalero, dejó de ser una fuente que proporcionase guerreros, armas y municiones a Victorio.

Nautzili no pudo fallecer en los sucesos relatados en dicho libro, ya que aparece en fotografías realizadas años después, por ejemplo, en las que se hicieron entre el 2 de julio y el 3 de agosto de 1883, en Santa Fé (Santa Fe County, New Mexico) en el marco de la “Santa Fe Tertio-Millennial Celebration and Exposition”; o cuando posó para A. Frank Randall, el 24 de mayo de 1886.